Introducción

El diseño de interiores es una rama de la arquitectura que permite diseñar y proyectar espacios habitables la cual atreves de estos obtenemos o creamos atmósferas que permiten que los usuarios se sientan cómodos y se desenvuelvan dentro de sus actividades, de la misma manera que este les brinde experiencias de satisfacción y de un ambiente agradable. Por otro lado, se deben considerar algunas características y factores que son indispensables al hablar de este tema y así comprenderlo y trabajarlo mejor:  la iluminación, el color, los materiales, la función, etc. De los cuales se hablarán más adelante. Es importante no olvidar la historia que antecede este tema.

En la antigüedad los nativos americanos conceptualizaban el diseño de interiores como encontrarle la utilidad a un espacio, de acuerdo a las necesidades que requerían para realizar su día a día. En la actualidad destinamos diversas funciones en distintas áreas de la casa, mientras que antes ellos destinaban una o dos actividades a su pequeña casa. A medida que pasa el tiempo los seres humanos han reflexionado sobre la distribución de quehaceres y actividades extracurriculares dentro del espacio que habitan, por lo que, como profesionales del área se ha estudiado la funcionalidad del espacio y la interacción con el usuario para lograr dicho objetivo. 

Según Francis D.K. Ching y Corky Binggeli (2012), el diseño de interiores conlleva planificar la distribución y el diseño para los espacios que se encuentran dentro de las instalaciones en las en las que vamos a trabajar. Incluso menciona como la atmósfera que se crea gracias al conjunto de características que la integran, influyen en el estado de ánimo y cómo se desarrollarán sus actividades.

Dentro de las características del diseño de interiores debemos mencionar los elementos que lo componen, sin los cuales no podrían estar completamente realizadas las atmosferas a crear. La iluminación, de acuerdo a Francis D.K. Ching y Corky Binggeli (2012), es aquella cantidad de energía lumínica que refleja una superficie, esta misma se puede por grados que dependerán del color y la textura sobre la cual sean proyectadas. Existen dos tipos de iluminación la luz natural y la luz artificial. 

Al decir luz natural nos referimos a la luz solar, que es aquella que proviene directamente del sol y que podemos aprovechar a lo largo del día, este tipo de iluminación es la que más debemos aprovechar, ya que es la intensidad de iluminación mas agradable para el ojo humano; además brinda un ahorro en el consumo eléctrico, y en temporadas de climas fríos nos ayuda a regular la temperatura corporal y del espacio. Por esta cuestión es importante considerar el punto geográfico o de localización del espacio ya que no siempre se tiene la misma luz solar, así como tomar en cuenta el tamaño, posición y ubicación de las ventanas o entradas de luz natural. 

Por otra parte tenemos la luz artificial que es aquella que obtenemos de la luz eléctrica, esta a su vez se divide en tres tipos: la luz cálida se caracteriza por tener  un tono amarillo, permiten dar mayor profundidad en el ambiente y así como focalizar elementos o escenas relevantes en el entorno; la luz fría se caracteriza por tener tonos blancos, normalmente es una luz que se utiliza de manera general ya que esta permite tener una mejor visualización, así como mejorar el nivel de productividad o trabajo en las actividades a realizar; la luz neutra se encuentra en un punto intermedio entre las dos anteriores.

 El color según Francis D.K. Ching y Corky Binggeli (2012), es aquella propiedad visual o la cantidad de luz que incide sobre un objeto. Este se compone de tres factores: la tonalidad que es aquella que nos permite diferenciar un color de otro; el valor, que es el grado de iluminación y oscuridad en un color en relación al blanco y el negro; la saturación es el brillo o la opacidad que contiene el color dependiendo de su tonalidad. 

La psicología del color estudia la expresión de las tonalidades, claro esta que, todos tenemos más agrado por ciertos colores que por otros, pero todos percibimos una reacción ante un color: existen tres tipos de colores; los colores cálidos son aquellos que se consideran alegres, estimulantes, emocionantes, como el amarillo, el naranja y el rojo; los colores fríos que son aquellos que transmiten tranquilidad, pureza, serenidad como el azul, el morado y el verde; los colores neutros como lo son blanco, negro y gris.

Usualmente quienes se dedican a el diseño de interiores usan una gran variedad de materiales ya sean naturales o artificiales, los cuales adaptan dependiendo el espacio que se pretende estilizar, estos deben ser seleccionados de acuerdo al uso que van a tener dentro del espacio, estos pueden ser colocados en distintas partes como lo son los muros, el techo, el piso e incluso en el mobiliario. 

La atmósfera es el ambiente creado a partir de la interacción del usuario con los elementos que constituyen el diseño interior, como la iluminación que influye en cómo el usuario percibirá todo lo que encuentra a su alrededor; el color, que transmitirá una serie de emociones y confort al usuario dependiendo el área en el que se encuentre; los materiales crean una sintonía con los elementos del área así como nos ayudan a dar profundidad y textura a nuestros espacios; todas estas características ligadas entre sí nos ayudan a transformar la experiencia del usuario al interactuar o encontrase en estos espacios.

Conclusión

Con esto se concluye que el diseño interior sí es un factor fundamental para la creación de atmosferas ya que ambos se permean, lo que significa que no debería existir uno sin el otro pues, aunque son factores indispensables en un proyecto de diseño nunca se consideran todas sus características, provocando un desequilibrio en sus funciones y distribución. Además de que cada una lleva un proceso detallado y diseñado para llegar a cumplir su objetivo con el usuario.